Muchas emociones, mucho camino vivido en tan poco tiempo.
Formé una familia atípica, empezando todo por el final. No me casé, no planeé un futuros juntos y con mi pareja no tuvimos un hijo. No. Yo, para variar, comencé por el final. A los 35 años estaba sola, muy sola. Mucha agua había corrido bajo el puente, y en un momento de evaluación en mi vida, había decidido que sería mamá. La adopción era mi opción. Comencé a averiguar en otros países, viendo lo difícil que era adoptar en forma monoparental, una mujer sola. El país que me aceptaba, después de haber evaluado Rusia, Ucrania y China, era Haití. Mi hijo estaba en algún lugar del mundo y yo estaba dispuesta a encontrarlo. Lo hablé una tarde con mi mejor amigo, Esteban. Me daba miedo que pensaran que me quisiera hacer ''la exótica'', ''la Angelina Jolie'. Recuerdo ésa tarde, recuerdo ése bar y recuerdo la respuesta de Esteban a mis miedos: 'Me estás jodiendo? Desde que nos conocimos en 1989, cuando te preguntaban qué querías ser cuando seas grande, decías sin pensarlo: MAMA''. Ése día di el gran salto, me animé y mandé mi primer mail al orfanato de Haití. El 9 de septiembre de 2008, me puse en contacto con ellos por primera vez. Todavía lo conservo. De hecho, lo acabo de releer, y una parte dice: ''Quisiera saber acerca del proceso y hacerlo lo más rápido posible. Sí, todas queremos lo mismo, por supuesto''. Lo único que recibí fue una pregunta sobre a cuál iglesia iba, y que tan seguido. Después de un par de mails más, el 21 de septiembre les digo: ''Todavía no me contestaron si me aceptan como futura mamá. Espero que sí. Pueden contestarme éso?'' La impaciencia me estaba ganando, y en el camino de la adopción, es algo que se necesita trabajar, y mucho!
Finalmente viajé con Elisa a Port-au-Prince, a conocer a nuestros hijos, a finales de noviembre de 2008. Ella conocería a sus mellis y yo a Kenny. Allá me esperaba mi hermana, Maggie Tanielian, que vive en USA.
Y pasaron los días y los meses. Me entretuve pintando el cuarto destinado a mi hijo del azul más azul cielo que pude encontrar. Compré la cuna, aprendí sobre protectores de enchufes, practicunas, esterilizadores, y millones de cosas más que nunca usé. Ése día de la madre, una amiga me regaló un ramo de flores. ''Ya sos mamá, aunque él esté lejos'', me dijo.
Y un día llego Khalu, y pasaron más meses y llegó Kennedy, con un gorrito de Papá Noel, 4 días antes de nochebuena. Y a los pocos días fue el terremoto grande de Haití. Los abracé y lloré, lloré muchísimo por ellos, por su gente, por mí. No podía despegarme de la tele, viendo imágenes, escuchando datos, etc. Después vino el aluvión de ''frívolas'', que querían adoptar al ''negrito'', por una ''obra de bien''. No, sras. Ésto no es un gesto altruista, ésto es un deseo enorme de ser madre, y un deseo enorme de tener una madre, y dejar de vivir en el orfanato.
La primera foto, es el día en que Kennedy llegó e hice la presentación oficial en casa, para que se conocieran.
Y fui mamá, y fui y soy feliz.
Hoy es el mejor día de la madre que pasé hasta ahora. Hoy nuestra familia está completa. Faltaba Pablo para completarlo, y hoy puedo gritar: LOS AMO!
Dos cosas más antes de irme, porque hice catarsis y se los hice muy largo: Feliz día de la madre a todas, en especial a mis amigas Antonia, Mariel y Marta.
Y por último, vuelvo a dejarles la leyenda del hilo rojo, que me ayudó durante la espera
“Un hilo rojo invisible conecta a aquellos que están destinados a estar juntos, sin importar tiempo, lugar o circunstancia. El hilo se puede tensarse o enredarse, pero nunca podrá romperse “.